NEGRETE, JAVIER
Cuando sus dedos empuaron el arco, Odiseo cerr ?los ojos un instante y respir ?hondo. Tal vez, si l y sus compaeros triunfaban, futuros poetas cantara?n una cancin? sobre los hroes que se enfrentaron a los dioses. Probablemente esos versos mezclara?n mentiras y verdades, como las mezclaban los relatos que l mismo les haba? contado a la bella Nausc?aa y a su padre sobre la cueva del cc?lope, la isla de la maga Circe o el descenso a los infiernos.Pues el combate que los siete estaban a punto de librar no era solo cuestin? de venganza, sino, por encima de todo, de supervivencia.Y no n?icamente la suya, sino la de toda la raza humana.